viernes, 17 de enero de 2014

CIA: La iniciativa privada en el campo de la inteligencia


Jorge Wejebe Cobo

CIA tendrá suficientes compartimentos estancos y chivos expiatorios para evitar verse directamente  involucrada en el trabajo sucio como sucedió en 1975.

Lo que no se anuncia no se vende es la frase más popular que refleja la esencia del funcionamiento del mercado y que  paradójicamente también preside la privatización de los servicios secretos occidentales, tradicionalmente alejados de la publicidad y dedicados a sus funciones generalmente en el anonimato.
Según un trabajo publicado  el 21 de junio de 2011 en el  diario The Washington Post: La inteligencia se expandió tanto que nadie sabe a ciencia cierta cuánto cuesta el sistema, cuántas personas trabajan ni cuántos agencias están dedicadas a lo mismo, y sobre todo, si son eficaces” y revela que en EEUU hay 1 271 organizaciones gubernamentales -y 1 931 compañías privadas- dedicadas a programas relacionados con el “contra-terrorismo“, la seguridad nacional y los servicios de inteligencia en más de 10 000 puntos del país.
La investigación, realizada durante dos años por la periodista ganadora de un Pulitzer Dana Priest en colaboración con William Arkin, un especialista en tema de seguridad y ex analista de inteligencia del Pentágono, presenta el sistema de espionaje como un caos en el que mucha de la información que se genera se queda, incluso, sin  estimar.
El propio jefe del Pentágono, en ese entonces Robert Gates y ex director de la CIA entre 1991 y 1993,  dijo al Post que: “ha habido tanto crecimiento desde septiembre de 2011 que es realmente difícil que alguien, ya sea el director nacional de Inteligencia, el director de la Agencia Central de Inteligencia o el secretario de Defensa puedan abarcarlo”.
Esta declaración de incompetencia aporta una probable coartada ante cualquier crimen, error o violación de las leyes de EEUU y de otros países realizadas en especial por las nuevas empresas declaradas implícitamente fuera de control y responsabilidad aunque sean contratistas del gobierno estadounidense.
En todo caso siempre se podrá juzgar por incompetente al funcionario que contrató los servicios al sistema empresarial particular para que actúe en el terreno en operaciones de inteligencia, las cuales no involucran directamente al gobierno.
Hoy en cualquier parte del mundo se puede obtener información de espionaje para la administración estadounidense o se desestabiliza por encargo a gobiernos considerados enemigos para EEUU., de acuerdo a las cláusulas de acuerdos que se cierran con algunas de las cientos de firmas privadas en las cuales el 70 por ciento de los ejecutivos fueron o son miembros de la comunidad de inteligencia de ese país, aunque compiten entre sí, en un mercado que ya supera las ganancias de la industria del cine de Hollywood.
Pero las nuevas formas de trabajo al parecer también se adoptaran entre los aliados occidentales de EEUU. Según reporte del Diario el País de España del 15 de abril el 2013,el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) servicio de espionaje, autorizara a sus colaboradores a” mantener relaciones, “retribuidas o no”, con “organismos, entidades o empresas del sector público o privado, nacionales o extranjeros”, sin perder dinero, y sus cotizaciones sociales y pensión de retiro. De esta forma se inaugura una original modalidad  de espionaje a destajo, probablemente inspirada además en un justificado esfuerzo para poner a salvo de la crisis económica de ese país a tan importantes servidores del estado.
En las nuevas condiciones es poco probable vuelvan a hacerse públicas resultados de supervisión y acusaciones a la comunidad de inteligencia de EEUU como lo hizo la Comisión Church del Senado norteamericano en 1976, cuando sacó a flote los crímenes yacciones ilegales de la CIA . Para la época estaba claro que los planes para asesinar a líderes extranjeros, derrotar gobiernos y espiar fuera de la ley era de única responsabilidad de esa agencia.
El contexto favorecía aquella acción legislativa. EEUU salió derrotado de la Guerra de Vietnam en 1975. Un año antes el presidente Richard Nixon renunciaba por el caso Watergate y una investigación indicada por su sucesor Gerald Ford reveló informaciones sobre las actividades ilegales de la CIA,  tan evidentes que justificó el trabajo de la llamada comisión dirigida por el senador Frank Church.
Además en los tiempos que corren la iniciativa privada en el campo de la inteligencia contribuye a hacer más profunda  las fachadas de la CIA y hará más compleja y difícil la defensa para gobiernos e instituciones en la mirilla de los servicios especiales estadounidenses y sus aliados, al multiplicarse además las organizaciones de este tipo que pueden estar presentes prácticamente en cualquier institución  al margen de nacionalidad y funciones.
Por ello la CIA en el presente y futuro ante una situación parecida, tendrá suficientes compartimentos estancos y chivos expiatorios para evitar verse directamente  involucrada en el trabajo sucio como sucedió en 1975.
Fuentes principales
1.-La Doctrina del Shock. El auge del capitalismo de desastre. Naomi Klein. Editora Ciencias Sociales. La Habana 2009.

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