Por Carlos Rodriguez.
En Venezuela desde el 12 de febrero del 2014 la derecha se ha
planteado combinar distintas formas de acción política (legal, ilegal,
clandestina y paramilitar) con el propósito de sacar del poder al
Presidente Obrero Nicolás Maduro y con ello despojar al pueblo del
Legado dejado por el comandante supremo de la Revolución Bolivariana
Hugo Chávez. La derecha viene de sendas derrotas en el marco de lo
político electoral, primero la derrota en las elecciones de
gobernadores, donde las fuerzas Revolucionarias obtienen una victoria en
20 de los 23 estado del país, esta victoria se logra con el Comandante
Chávez enfermo. Luego se vienen las elecciones presidenciales
rápidamente despues de la partida física de Chávez el 5 de Marzo del
2013, donde obtiene la victoria Nicolás Maduro con un pequeño pero
significativo margen tomando en cuenta que fueron las primeras
elecciones sin el líder principal del proceso. Este panorama sirve como
excusa al candidato perdedor Capriles Radonski que llamo a sus sequitos a
“descargar su arrechera” en las calles como método para descocer los
resultados del momento, pero una vez más la mayoría del pueblo
bolivariano se expreso, esta vez no en las urnas electorales sino en las
calles en defensa de los logros alcanzados y de las ideas socialistas
enarboladas por el Comandante Chavez. Esto trajo como resultado
confrontaciones directas a nivel nacional que arrojo saldos lamentables,
con la pérdida de vidas de camaradas revolucionarios. La tercera gran
derrota se desarrolla en las elecciones municipales, donde nuevamente la
revolución obtiene una victoria contundente en la mayoría de las
alcaldías y conquista una buena parte de las más importantes.
Luego de esto el panorama que se avizoraba era la posibilidad real
de avanzar en la construcción socialista desde abajo, centrando la
política en el hecho concreto del desarrollo de la producción, de la
conciencia y en la construcción de unas nuevas relaciones sociales,
dejando de lado la política electoral que había marcado la revolución
bolivariana hasta el momento y asumiendo que la derecha venezolana
entraría en un proceso interno de crítica y de rectificación de su
política, a fin de preparar el terreno para la próxima contienda
electoral, fuimos ingenuos, la derecha no se conformo con todas esas
derrotas y se plantea ahora otro método, “La Guarimba” pero con nuevos
ingredientes, le suman a esto “El paramilitarismo” impulsado desde la
derecha colombiana más rancia como lo es “el uribismo” que posee
profundas relaciones con los principales actores de la desestabilización
en Venezuela como lo son Leopoldo Lopez y Maria Corina Machado, ambos
porta voces del ala más extremista y reaccionaria de la burguesía
nacional e internacional. Es importante señalar que estas acciones se
dan en el marco de una profunda guerra económica marcada por
el sabotaje, contrabando, acaparamiento, especulación e intoxicación
ideológica impulsada por la fórmula central del capital “Maximización de las Ganancias”
Venezuela es un referente mundial de revolución, por lo tanto es
objetivo clave del imperialismo y del modelo cultural Hegemónico, no
solo por ser la reserva energética más grande del mundo sino por lo que
significa en el imaginario colectivo de los y las trabajadoras. Por ende
el pueblo venezolano debe asumir el papel histórico que nos ha tocado,
que es mantener alzadas las ideas del Socialismo Científico y Bolivariano.
Nuestro proceso tiene un programa político, El Plan de la Patria,
con el cual el 7 de octubre se logra la victoria y la aprobación de la
mayoría del pueblo venezolano, he allí la carta de navegación que
debemos asumir así como el discurso plantado como “el golpe de timón” donde se plantea La Comuna como elemento integrador de la táctica y la estrategia revolucionaria.
Frente a esto, sin perder la perspectiva estratégica de la revolución nuestras tareas concretas deben ser:
· Lograr la Superioridad Moral: Hay que trabajar en
obtener éxitos diarios en cada lucha que desarrolle el pueblo, para
evitar caer en desgaste de fuerzas, es decir conquistar espacios de paz
bajo el control del pueblo, acabando con guarimbas y focos de
desestabilización reaccionarios, esto teniendo en cuenta los aportes del
camarada Lenin con respecto al empleo estratégico de la fuerza.
· Movilización y organización popular: es clave en todas estas coyunturas de
agudización de contradicciones y de profundización de la lucha de
clases la mejora de los niveles de organización y movilización de
nuestro pueblo, un pueblo organizado y movilizado adquiere importantes
niveles de conciencia lo cual lo hace más fuerte y difícil de derrotar.
Nos corresponde desarrollar una estructura acorde por cuadra, calle y
sector para garantizar el control del territorio, implementar
movilizaciones y actividades de masas que posibiliten mantener en el
imaginario colectivo las ideas del socialismo y la actitud que debe
asumir el pueblo en esta coyuntura, así como romper el cerco mediático y
la intoxicación ideológica presente en la sociedad venezolana.
· Retomar la ofensiva: como diría el Camarada Stalin
“la defensiva es la muerte de la insurrección” por ende ese es el
terreno al que hay que llevar a la derecha. La revolución debe tomar la
iniciativa política, es decir la ofensiva, con actividades incluyentes
que permitan reforzar vínculos y relaciones entre el pueblo, que generen
un reconocimiento colectivo de lucha, que engrane los distintos
sectores que confluyen en un territorio especifico. No podemos esperar a
que los reductos de derecha tomen una calle y monten su guarimba, no
podemos esperar a que acumulen fuerzas suficientes para trancar calles y
tomar la iniciativa, por el contrario el pueblo organizado debe
madrugarlos y picar adelante para mantener tanto el control territorial
como la hegemonía política.
· Profundizar la construcción de la comuna: todas
estas acciones deben y tienen que tributar a la construcción de la
comuna como germen del nuevo poder, como epicentro político del
desarrollo del poder popular, planteándose como tareas estratégicas
urgentes, la construcción de un nuevo modelo productivo centrado en la
satisfacción de necesidades, basado en nuevas formas de relacionarnos
enmarcados en los valores como la solidaridad, la ayuda mutua, la
complementariedad, la justicia y el amor.
“¡hoy tenemos Patria! Y pase lo que pase en
cualquier circunstancia seguiremos teniendo Patria, Patria perpetua
-dijo Borges- Patria para siempre, Patria para nuestros hijos, Patria
para nuestras hijas, Patria, Patria, la Patria. Patriotas de Venezuela,
hombres y mujeres: Rodilla en tierra, unidad, unidad, unidad de los
patriotas. No faltarán los que traten de aprovechar coyunturas difíciles
para, bueno, mantener ese empeño de la restauración del capitalismo,
del neoliberalismo, para acabar con la Patria. No, no podrán, ante esta
circunstancia de nuevas dificultades -del tamaño que fueren- la
respuesta de todos y de todas los patriotas, los revolucionarios, los
que sentimos a la Patria hasta en las vísceras como diría Augusto
Mijares, es unidad, lucha, batalla y victoria.”
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