miércoles, 27 de agosto de 2014

LA ECONOMÍA: EL GRAN DESAFÍO EN LA NUEVA ETAPA DE LA REVOLUCIÓN

Empiezo estas líneas asumiendo que tenemos una situación económica compleja con tendencia a agudizarse. Más allá del boicot por parte de la burguesía y el bloqueo imperialista que efectivamente existe, los resultados negativos obtenidos en las múltiples combinaciones de propiedad y producción estatal, (lo que Lenin llamó “el capitalismo de Estado” paso previo a la construcción del socialismo) nos sitúa en un escenario de alto riesgo. Es por ello que el tema económico se convierte en el principal desafío de la nueva etapa del proceso revolucionario. La superación del sistema capitalista de corte rentista-extrativista, el desarrollo de las fuerzas productivas y el alcance del equilibrio económico, son elementos vitales para consolidar las posiciones revolucionarias para de esta manera cumplir con nuestro deber bolivariano de darle a nuestro pueblo la mayor suma de felicidad posible, preparar el terreno de cara a las elecciones parlamentarias de 2015 y preparar nuestras fuerzas ante un eventual referéndum revocatorio en  2016.
Hoy Venezuela vive una situación similar a distintas crisis de otras revoluciones del el mundo. Como por ejemplo la revolución rusa: En 1921 año difícil para la URSS, la guerra civil y los distintos levantamientos militares en contra del Gobierno soviético. Lenin revisó
detalladamente la maltrecha economía de la URSS y a raíz de esta situación se vio obligado por las circunstancias a implementar lo que llamó la “Nueva Política Económica”, conocida como la NEP, la cual, consistió en una serie de medidas económicas que restablecía la propiedad privada y la economía mixta con capital transnacional. Estas acciones tenían el objetivo de desarrollar las fuerzas productivas y que los miembros del Partido Comunista y la clase obrera pudieran aprender de la gerencia capitalista para una vez generadas las condiciones, se reiniciara la construcción del socialismo y la redistribución equitativa de la riqueza y no de la miseria. Asimismo, en China una vez concluidos el salto a delante y la revolución cultural, el país quedo en ruinas, lo que obligó al PCCH a implementar “el socialismo con características chinas”, plan estratégico de largo aliento que tiene como objetivo alcanzar y superar el desarrollo de las potencias occidentales en los aspectos: tecnológicos, económicos y militares, este plan dirigido políticamente por el Partido Comunista Chino convirtió al gigante asiático en la segunda potencia económica del mundo, y posiblemente sea la primera en los próximos meses. Esto no quiere decir que implementemos sus métodos, solo es una referencia histórica que debemos estudiar en profundidad.
La Revolución bolivariana atraviesa un duro momento histórico, que si bien no tiene las características de las guerras del siglo XX, efectivamente tiene las características de nuestra época, compuestas por las nuevas modalidades y la evolución de los conflictos. Los militares chinos han llamado estas nuevas formas de confrontación directa e indirecta como “la guerra sin restricciones”, libro escrito por los coroneles Qiao Liang y Wang Xiangsuihan, la cual, según sus autores está compuesta por: bloqueos y boicots económicos, ataques militares selectivos de carácter terrorista, desestabilización política-social por la vía política, promoviendo protestas y también armando grupos extremistas, guerra cibernética, guerra psicológica, etc.
Esta situación de alta complejidad nos obliga a pensar, crear e innovar, sin dogmatizar, manteniendo la firmeza marxista-leninista como filosofía de la praxis y con mucho cuidado de no divagar en términos y teorías intelectualizadas alejadas de los intereses del pueblo. En este sentido, debemos estar conscientes de la realidad concreta que tenemos, y nos urge solucionar los problemas que aquejan a nuestra población con soluciones puntuales y de alto impacto, (la suprema felicidad social) con el fin de que nuestra Revolución pueda mantener el poder y de esta manera generar las condiciones para continuar el avance hacia la construcción del socialismo bolivariano, partiendo de la comprensión que estamos transitando una nueva etapa revolucionaria llena de contradicciones, bajo un nuevo liderazgo que tiene sus propias características.
Lenin en su texto sobre el “infantilismo izquierdista” argumentó su postura en relación a los controles para la transición socialista, los cuales, “deben ser establecidos no sólo sobre ‘la insignificante minoría de capitalistas’, sino también sobre los obreros ‘profundamente corrompidos por el capitalismo’ y sobre ‘los haraganes, los señoritos, los granujas y demás depositarios de las tradiciones del capitalismo’.
El planteamiento de Lenin tiene mucha vigencia en la actual coyuntura y nos da luces para intentar salir de la crisis económica que nos aqueja, para ello se requiere que el pueblo y sus diversos sectores asuman la responsabilidad y el compromiso de levantar la economía, manteniendo a la gran burguesía controlada bajo las leyes revolucionarias por supuesto, pero a su vez tenemos que echar a andar nuestro aparato productivo estatal, incluso pensar en la posibilidad de que algunas de esas empresas sean mixtas, no podemos tener una clase obrera en las empresas nacionalizadas, con actitudes parasitarias y no productivas, además se requieren gerentes eficientes y comprometidos con el desarrollo económico de cada una de las empresas y fábricas.
Cabe destacar, que sin el compromiso y el apoyo del pueblo y la sociedad en general, será imposible salir de la crisis. Para reactivar la economía se deben eliminar o por lo menos disminuir a su mínima expresión: 1) el flagelo del bachaqueo; 2) los micro revendedores (buhoneros); y 3) los “raspa cupos” (que compran los dólares al Estado en 11BsF y lo venden cuando regresan de sus viajes al extranjero en 70, 80 y hasta 90BsF). Estos sectores de la población actúan como buitres y carroñeros capitalistas que aplican la búsqueda insaciable de plusvalía fácil le hacen mucho daño al país generando un caos económico, político  y social.
Cuando se evalúa con claridad el escenario político actual, se evidencia que el Estado no puede controlar solo a la minoría empresarial y las empresas fantasmas, sino a la sociedad en general, con el apoyo del pueblo y las FANB. Para ello hacer cumplir las leyes a como dé lugar es fundamental. A diferencia de la URSS y de China nosotros no contamos con un partido fuerte como lo era en ese momento el Partido Comunista de Lenin, que además era el único partido de la URSS, así como el PCCH es el único partido de China, es por ello que nuestro desafío es aún mayor, porque cada error que se cometa desde el Gobierno y desde los sectores del “infantilismo izquierdista” oxigenará al enemigo y erosionará nuestras bases populares peligrosamente.
La Revolución tiene como principal desafío en los próximos meses, alcanzar el equilibrio económico interno y acabar con el caos existente. Es necesario hacer un gran esfuerzo a corto y mediano plazo para disminuir los altos índices de escases, reconfigurar los planes de industrialización, aumentar la producción agrícola y fortalecer e incrementar la producción industrial petrolera y no petrolera del país. En este sentido, que se abra el debate nacional y se elaboren propuestas con respecto a cómo combatir la crisis económica, como desarrollamos nuestras fuerzas productivas y como logramos consolidar la Venezuela potencia, sin vulgarizar como hasta ahora se ha hecho la consigna Robinsoniana de “inventamos o erramos”. No podemos darnos el lujo de equivocarnos más, el pueblo y la historia no nos lo perdonarían.

Raúl Guevara


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